En el curso se encuentra un estudiante
invidente y dos estudiantes afro inmigrantes del Pacífico Colombiano, por lo
que se propone:
Alumno invidente.
“Con los estudiantes con limitación visual se
trabaja en primera instancia con el enfoque práctico, que permite acercarlos a
la comprensión de su cultura, mediante experiencias significativas que los
lleve a ser reconocidos como sujetos activos en el proceso de aprendizaje; lo
que les proporciona el avance hacía mayores niveles de participación y el
mejoramiento de determinadas situaciones de orden individual y social, que se
adelantan mediante la interacción y las prácticas cotidianas y a la vez presentar
alternativas de solución a problemáticas ligadas a la comprensión del
significado de lo que sucede en su entorno y contextos local, regional,
nacional e internacional.
Diseñar y realizar experiencias que se den
dentro de ámbitos reales y naturales. Estos espacios se convierten en aula,
porque trasciende los muros escolares donde el aprendizaje es vivencial y
significativo. Para realizar un trabajo acorde a las necesidades de los
estudiantes con limitación visual se debe considera en qué momento y en qué aspectos
realizar adecuaciones curriculares.
Entendidas las adecuaciones curriculares como
estrategia de actuación docente, que ayudan a detallar con precisión hacia
dónde y cómo dirigir los ajustes que van a necesitar los estudiantes. Estas
pueden ser significativas o no significativas y que llevan a repensar la
intención con el desarrollo del currículo a fin de contextualizar la propuesta
y mejorarla” (Ministerio de Educación Nacional, 2006).
“La Cátedra se propone eliminar, en todas las
instancias sociales, institucionales e individuales, los comportamientos
negativos frente a la diversidad para contribuir a una ética sin fronteras
donde tenga espacio la diferencia aparente de lo humano y lo fundamental, que
nos identifique sea nuestra común humanidad, no pueden quedar por fuera de las
estrategias formativas, la cuestión de los valores y cambios de las actitudes:
la solidaridad, práctica de la tolerancia, rechazo a todo tipo de
discriminación, formación para la paz, derechos y libertades. Todo esto implica
una escuela conectada con nuestros problemas reales, con la vida cotidiana y su
entorno, filosofía que se concreta en el Proyecto Educativo Institucional.
En esta dirección puede ser un ejercicio útil el diagnóstico en
la institución escolar sobre los niveles de intolerancia entre los alumnos,
docentes y la comunidad educativa en general a partir de unos indicadores para
su identificación: lenguaje, estereotipos, burlas, prejuicios, discriminación,
exclusión, segregación, represión, etc.
Igualmente se puede considerar la metodología que articula la
formación en los diversos campos del conocimiento de los alumnos con las
vivencias, en un contexto pertinente, para ser descritas, analizadas y
compartidas en la perspectiva de suscitar actitudes afectivas positivas frente
a las situaciones de una determinada comunidad. Esta dinámica metodológica se
denomina el enfoque socio-afectivo o cómo aprender en la propia piel, promovida
por la UNESCO.
Las lógicas de los temas y problemas transversales constituyen
materiales valiosos para enriquecer el debate pedagógico nacional, porque los
maestros siempre tendrán las posibilidades de proponer y desarrollar sus
propios métodos y enfoques” (Ministerio de Educación Nacional)
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